La extraña desaparición de la secretaria y los sobrinos del presidente

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La fallida detención de Bruno Pacheco y de los dos sobrinos del Presidente no puede entenderse sin las inquietantes circunstancias que la precedieron.

Dos acontecimientos atrajeron ayer la atención de las secciones políticas de los medios de comunicación nacionales. El más importante fue el debate sobre la moción de vacante presentada contra el presidente Pedro Castillo , que en el momento de escribir este editorial seguía pendiente. La segunda, menos chillona, fue la orden de prisión preventiva de diez días aprobada por el juez Manuel Antonio Chuyo Zavaleta contra 11 personas en una investigación fiscal conocida como el caso Puente Tarat III .

Sin duda, cada uno de los 11 nombres que aparecen en el auto judicial es importante para entender cómo el consorcio, que no cumplió con los requisitos de las bases de licitación del puente de Tarata sobre el río Huallaga, obtuvo un lucrativo acuerdo. centavos menos que su competidor más cercano. La adjudicación, que, por cierto, se anuló en enero del año pasado debido al descubrimiento de irregularidades. Lo que llama la atención es que de los 11 demandados por las autoridades, sólo tres habían sido detenidos hasta anoche. Y para colmo de males, entre los desaparecidos estaban los tres más cercanos al presidente en toda la nómina: su ex secretario general Bruno Pacheco .y sus sobrinos Fray Vázquez Castillo y Gian Marco Castillo Gómez .

¿Será que su proximidad al jefe del Estado les ha permitido escapar -hasta ahora con éxito- de las manos de la policía? No podemos determinarlo con seguridad, pero las inquietantes circunstancias que han conducido a esta situación dan muchos motivos para la sospecha.

Para empezar, no es la primera vez en este gobierno que personas cercanas al poder consiguen escabullirse del mismo. Ya ha ocurrido antes, como con los dirigentes de Perú Libre Arturo Cárdenas, también conocido como ‘Pinturita’, y Eduardo Bendesu, entre otros, involucrados en el caso Los Dinámicos del Centro , y con los ex alcaldes de Huancayo -ambos del partido del lápiz- Juan Carlos Quispe y Henry López, en la historia Los Tiranos del Centro .

Hablando específicamente de la inexistencia de Pacheco, no se puede dejar de recordar la declaración de Karelim López , quien, como parte de su proceso de efectivización, dijo a la Secretaría de la Opinión Pública que el presidente le había pedido que entregara a Pacheco: poco después se encontraron 20 mil dólares en el baño de Palacio de Gobierno, un llamado a la calma. O aquella otra, ofrecida por la propia Karelim, en la que reveló que el actual presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, le había dicho al ex secretario general de Palacio que podían sacarlo del país y darle asilo en otro lugar…

También es pertinente recordar la actuación de la policía, encargada de atrapar con precisión a los requeridos, como los mencionados en este editorial, y que bajo este gobierno ha sido escenario de hechos extraños. A finales de enero, como recordamos, Avelino Guillén dimitió como ministro del Interior después de que el presidente Castillo ignorara su petición de dimisión al entonces comandante del PPP, el general Javier Gallardo. Gallardo sugirió que los dos generales de la policía que grabaron las visitas de Pacheco al Palacio de Gobierno se hicieran cargo de la dirección de antilavado e inteligencia, ambas responsables del manejo de información sensible.

También fueron extraños los cambios en la cúpula de la Dirección General de Inteligencia (Digimin) del Ministerio del Interior, encargada de facilitar la captura de prófugos de alto perfil, que cambió tres directores en menos de una semana y ahora es dirigida por el coronel Martín González Sánchez, más conocido como «Conejo» . Además, este periódico ha podido saber que existe cierta desconfianza hacia la policía en el ministerio público, ya que recientemente se ha desprendido de ella personal importante.

A la vista de todo lo anterior, la pregunta que formulamos hace unas líneas adquiere un grado de probabilidad mucho mayor, y con ello un mayor grado de alarma.

AGA PARTS