Perú demanda a la española Repsol por 4.500 millones de dólares por el vertido de petróleo

Perú demanda a la española Repsol por 4.500 millones de dólares por el vertido de petróleo

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Lima – Perú ha demandado a la compañía energética española Repsol por el vertido masivo de petróleo que devastó su costa en enero, solicitando una indemnización de 4.500 millones de dólares.

La demanda fue presentada en el 27º Juzgado Civil de Lima contra seis empresas: Repsol (España), Mapfre Global Risks (España), Mapfre Perú Compañías de Seguros y Reaseguros (Perú), Refinería La Pampilla (Perú), Agencia Marítima Transtotal (Perú) y Fratelli d’amico Armatori (Italia, el propietario del petrolero), dijo la agencia peruana de protección al consumidor.

«Estas demandas podrían sentar precedentes para los derrames de petróleo que causan daños y perjuicios intangibles colectivos por contaminación en zonas costeras», dijo Julián Palachín, director ejecutivo del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPI).

En una declaración publicada el viernes por la noche. Según la demanda, el INDECOPI reclama 3.000 millones de dólares en concepto de daños y perjuicios por los daños medioambientales causados a la costa peruana y otros 1.500 millones de dólares en concepto de indemnización a los consumidores, residentes locales y otros afectados por el desastre.

En un comunicado, Repsol rechazó el sábado la reclamación por considerarla infundada. «Las estimaciones (del INDECOPI) no alcanzan el mínimo requerido para confirmar las cifras citadas», dijo la petrolera española en relación con los 4.500 millones de dólares solicitados por Perú.

El vertido se produjo el 15 de enero cuando el petrolero de bandera italiana Mare Doricum descargaba crudo en la refinería La Pampilla, propiedad de Repsol, en Ventanilla, a 30 km al norte de Lima. La compañía petrolera atribuyó el incidente a las olas provocadas por una enorme erupción volcánica en la isla de Tonga, al otro lado del Océano Pacífico, mientras que el gobierno peruano lo calificó de «desastre medioambiental».

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