Entre los cientos de policías que vencieron al coronavirus y están regresando a sus tareas, en Huancayo se encuentra un agente experto en explosivos que tras permanecer 26 días aislado, este viernes pudo reencontrarse con sus compañeros, pero debido a un momento tenso con el hallazgo de un aparente explosivo en una vivienda, ni siquiera pudo saludarlos: debía actuar.
Sus compañeros le ayudan a colocarse un pesado traje antiexplosivos, después de examinar el artefacto manual.
El suboficial David Aliaga Suarez (30) presentó los síntomas de covid-19 los últimos días de mayo, y tuvo que dejar su labor de control en calles y mercados. El pico de infección en el Escuadrón de Emergencia, unidad a la que pertenece, había llegado a su tope. Su jefe murió en esa lucha, días después. Debía guardar aislamiento en su vivienda.
El policía que había librado con soltura rescates en ríos y desactivado explosivos con paciencia y temple, quedó rendido ante el ‘virus de Wuhan’: Presentaba dolores en el pecho, la espalda; tenía insomnio, fiebre, y una sola certeza: esta batalla también debía ganarla.
Con comida saludable, medicamentos y líquido, contribuyó a fortalecer su sistema inmunológico.
Solo una emergencia como la que se presentó el viernes lo hizo volver de inmediato a su actividad. Sus compañeros del especializado grupo UDEX participaban en otras tareas. En Huancayo quedaba él.
En el patio de una vivienda en el centro de la ciudad se encontró con un posible explosivo con circuitos electrónicos que debía desactivarla enseguida. “El primer error es el último”. Solo al sellarla en una bolsa hermética las partes desintegradas del artefacto manual, para su posterior análisis, fue consciente que había vencido al covid-19. Era momento de reintegrarse a su institución.
El policía, además de realizar la valiente tarea de desactivar bombas, también participa en rescates. 
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