La tienda de instrumentos musicales que el músico y compositor Eustaquio Cueto Areche tiene en la plaza Inmaculada de Huancayo; el princial punto para contratar una orquesta o una banda típica para las fiestas costumbristas del Valle del Mantaro, lleva 80 días cerrado; el mismo número de días que el estado de emergencia por el covid-19 en el Perú. La sala de sonido El Templo, donde Eustaquio grababa sus producciones, también.
Ochenta días sin vender una legueta siquiera. Sin un contrato para tocar en algún matrimonio, o en una fiesta de cruces, ahora que terminó mayo. ¿La fiesta del santiago? “Definitivamente, ya no”, dice Eustaquio refiriéndose a la celebración en honor al patrón Santiago, que debería iniciar el próximo 25 de julio por la fertilidad del ganado en el Valle del Mantaro.
Como músico e integrante de la Orquesta Show Internacional Tecno Tropical “Invasores del Perú“, Eustaquio es parte de la industria musical, que vincula a una serie de actores, en su caso, en torno a la cultura popular: vivanderas cuyo ingreso depende de la venta de comida típica en las fiesta populares, bordadores de los disfraces, técnicos, músicos, cantantes, camarógrafos, luces, cocineros…
Natural de Acobamba (Huancavelica), Eustaquio Cueto ejecuta el saxo en su barrio San Pedro, en Huancayo.
Pero a pesar de su importancia social y en la vida cultural, es un sector invisibilizado por el Estado. No existen cifras oficiales sobre el número de músicos. Algunos cálculos indican que en el valle del Mantaro, incluyeno a Acolla, la cuna de músicos de la provincia de Jauja, exisen alrededor de 300 bandas y orquestas típicas, y un número más pequeño de agrupaciones musicales de otros géneros, como el rock, quienes a su vez generan un movimiento económico. Pero la prohibición de las reuniones sociales por la pandemia del covid-19, ha roto esta cadena.
“Lo que pedimos es que el Gobierno nos reconozca”, dice Eustaquio Cueto, conocido en el ambiente musical como el polifacético, y uno de los promotores de un petitorio presentado al Ministerio de Cultura, por 135 personas, 19 bandas y orquestas, dos estudios de sonido y dos empresas de publicidad musical, respaldadas por organizaciones de la sociedad civil como El Templo, Junín Cultural y el Patronato de la Cultura de Junín.
80 días de paralización en la industria musical por la emergencia sanitaria a causa del covid-19.
En el documento, los músicos plantean cuatro puntos:
1. La incorporación de un criterio de identificación como músico o persona dedicada a la industria musical para ser beneficiario del Bono Familiar Universal.
2. La incorporación en el calendario de Reinicio de Actividades para la recuperación económica del país, las presentaciones musicales en vivo porque representan el 100% de los ingresos económicos de los músicos, previa aprobación y cumplimiento de un protocolo de sanidad y aforos.
3. Que en el fondo de 50 millones de soles para mitigar los efectos económicos en el sector cultura producidos por la emergencia sanitaria por el covid-19, aprobado por el Decreto de Urgencia Nro. 58-2020, se contemple a los artistas, músicos, ejecutantes y actores de los distintos géneros musicales que se desarrollan en el clúster de la Plaza Inmaculada y en el Valle del Mantaro, para los apoyos económicos y la adquisición de contenidos culturales.
4. La reestructuración del fondo de Estímulos Económicos para la Cultura, ampliándose el presupuesto y adecuando sus bases para llegar al mayor número de músicos e integrantes de la industria musical.
“Quisiera que el Gobierno nos tome en consideración — exclama Eustaquio—. El músico da vida, incluso cuando un músico muere, hasta en los caserones estamos bailando”
Luego, Eustaquio ejecuta su última creación musical, acompañado en el arpa por su sobrino. Es un santiago que aún no tiene nombre. “Primicia 2021”, le llama, sabiendo que este año nadie zapateará con su creación.
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