Un grupo de de 25 mujeres ashaninkas de la comunidad nativa Alto Incariado, en el distrito de Perené, provincia de Chanchamayo, aprendieron a elaborar compost orgánico, utilizando restos de la agricultura para favorecer la descomposición a través de microorganismos eficientes de montaña.
Ellas pertenecen a la Asociación Solidaria de Productoras Agropecuarias Antami y decidieron iniciar con estas prácticas encaminadas a recuperar la fertilidad y vida del suelo, con el uso de recursos de bajo costo y que estáan disponibles en sus propias fincas.
Los microorganismos eficientes de montaña que se utilizaron, viven y se encuentran en el suelo, bosques, parras de bambú y sitios donde durante los últimos 3 años no se han utilizado agroquímicos. Estos microorganismos habitan y se desarrollan en un ambiente natural.
El director de la Agencia Agraria de Chanchamayo, Fider Rojas Vega, explicó que junto a su equipo técnico continuará promoviendo estos talleres para fortalecer el desarrollo de capacidades en la producción agroecológica en la Selva Central.
Las mujeres indígenas son emprendedoras que buscan sacar adelante a sus familias. Son el pilar de su economía y han aprovechado la cuarentena para capacitarse y fortalecer sus conocimientos.
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