La pandemia no fue impedimento para que 70 madres usuarias del programa Juntos prioricen la buena nutrición de sus familias implementaran un biohuerto sostenible en la comunidad nativa de Anapiari en el distrito de Pichanaki, provincia de Chanchamayo.
La sorprendete historia de emprendimiento nace a ocho horas y media de la ciudad de Huancayo, en la selva central de Junín, donde 70 madres conocedoras de la importancia de una alimentación variada para evitar la anemia en sus pequeños y, al mismo tiempo, afectadas por las consecuencias de esta pandemia, decidieron organizarse e implementar un biohuerto donde siembran tomates, pepino, coles, betarraga, sandía y otros vegetales.
Dora López Antezana es una madre líder de Juntos en Anapiari, que, antes los altos precios de los vegetales en Anapiari, organizó a las madres de la zona para trabajar en media hectárea de terreno.
“Estamos organizadas para limpiar, fumigar y abonar de forma natural la tierra donde producimos nuestros propios alimentos. Cada miércoles, siete madres se dedican a esta labor de 8:30 am a 12:00 m. a fin de mantener nuestros productos bien cuidados”, precisa la líder que además es madre de una niña de 9 años llamada Majorie, su principal motivación.
Hasta antes del inicio de la pandemia, Dora López era una agricultora de café de la zona. Sin embargo, con el cierre de mercados y la baja de mano de obra en la cosecha de café, se quedó como ama de casa al igual que muchas de sus compañeras. Este hecho la empujó en pensar en cómo obtener los productos sanos a bajo costo para ella y las madres de la zona.
Biohuerto sostenibles en Pichanaki. Foto: Programa Juntos.
“Cómo mamás de programa Juntos sabemos que la alimentación de nuestros niños es importante, su comida debe ser variada para que tenga buena salud y no lleguen a tener anemia”, acotó Dora.
Asimismo, la madre líder informó que el jefe de la comunidad nativa, Sergio Cora Ramos, ha cedido un cuarto de hectárea de su terreno para que este grupo de mujeres puedan iniciar con la siembra de maíz híbrido que se adapta al clima cálido de selva en marzo.
Las mamás de Anapiari aprendieron a cosechar sus productos y repartirlo equitativamente entre las familias. Este hecho las ha llevado a ser fuente de ejemplo y superación para otras comunidades y esperan que las autoridades distritales que puedan apoyarlas con semillas y mallas a fin de mantener sus cultivos en buen estado.
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