Por, Jorge Ponce C.
Séneca, el gran filósofo de la antigüedad decía: El que se beneficia con un crimen, ese es el autor. Digo esto a propósito de la masacre acaecida el pasado domingo en el VRAEM, en el que ultimaron a casi una veintena de humildes personas.
En esa matanza hay varios nudos gordianos que desatar para identificar realmente a los autores, porque hay varias hipótesis y versiones incluso contradictorias. Lo que sí es cierto es que en la pacificación del Vraem hasta hoy el Estado peruano ha fracasado.
Y yendo a nuestro tema de coyuntura política, los opinólogos del fujimorismo, antes y después del debate técnico se han aferrado a la tesis de que quien expone las mejores propuestas es el que capitalizará la mayor cantidad de votos en esta jornada electoral del 6 de junio.
Ellos no quieren entender que el tema de fondo no es técnico, sino político. Y es político porque millones de gente común y corriente, pobres y excluidos ya no se dejan encandilar por los discursos floridos y académicos de los debate. Tampoco por las cifras rimbombantes del exministro Carranza. Tampoco por las eternas promesas incumplidas del exministro “Techito” Bruce. Menos por el terruqueo o el de meter más miedo, como lo hizo el ex ministro Rospigliosi.
“En la cancha están Keiko Fujimori, de la Universidad de Boston (EE.UU), y Pedro Castillo, del Instituto Superior Pedagógico de Cutervo (Cajamarca-Perú). ¿Quién ganará?”
Y repito que el problema de fondo no es técnico sino político, porque la gente ya no le cree a los politicastros que hasta hoy nos han gobernado, porque siempre les han hecho un sinnúmero de promesas, pero jamás les cumplieron. Han perdido credibilidad. Es el hartazgo con una clase política miserable, egoísta y corrupta. Y en esa lista de desprestigiados y mentirosos personajes se encuentra, justamente, Keiko Fujimori.
En esa misma línea la gente del pueblo también “carbura” y se pregunta: Hasta hoy nos han gobernado masters y doctores graduados en laureadas universidades del Mundo, ¿y qué tenemos? Toledo de la Universidad de Harvard-EE.UU resultó ser un tremendo ladrón. Alan García de la Universidad Complutense de Madrid (España) y de la Universidad de París (Francia), ya sabemos cómo terminó. Humala, alto militar del CAEM y de la PUCP, resultó preso y enjuiciado por corrupción. PPK de la Universidad de Oxford (EE.UU) acabó preso y destituido por corrupción. Vizcarra, de la UNI, salió destituido por corrupción.
Por eso es que el pueblo hoy exige autoridades nuevas, con las manos limpias y no mentirosas. En la cancha están Keiko Fujimori, de la Universidad de Boston (EE.UU), y Pedro Castillo, del Instituto Superior Pedagógico de Cutervo (Cajamarca-Perú). ¿Quién ganará?
Y para terminar me sumo a las palabras de maestro universitario Sinesio López cuando dice: Pedro Castillo encarna y representa a los nadie, a los despreciados, a los expoliados de siempre, a los excluidos de siempre. Su figura la de un hombre del campo andino, natural, fresco y comprometido. El pueblo lo sigue en su caminar entre maizales y yerbas, alzando su sombrero chotano de ala ancha.