La suspensión de la venta de entradas a Machu Picchu ha provocado protestas de turistas y comerciantes enfadados de la ciudad más cercana a la ciudadela inca.
Las autoridades comenzaron recientemente a limitar el número de visitantes a la joya del turismo peruano para reducir el desgaste, pero aumentaron el número de visitantes diarios de 4.044 a 5.044 en julio tras las quejas del sector.
Las protestas del viernes tuvieron lugar en el cercano pueblo de Machu Picchu, antes llamado Aguas Calientes, donde los visitantes llegan en tren y luego suben a minibuses que los llevan a subir al antiguo sitio por un estrecho paso de montaña.
Los manifestantes estaban indignados porque las entradas para entrar en Machu Picchu sólo se vendían en la vecina ciudad de Cusco y no en Aguas Calientes.
«He pagado mis billetes (de tren) con Inca Rail para un día con guía. Incluso pagamos un autobús para que nos trajera hasta Machu Picchu, donde están las ruinas, y no nos dejaron entrar porque no teníamos billete», dijo a la AFP el mexicano Israël González Rizoo.
Los comerciantes de la ciudad también estaban muy alterados, con decenas de personas bloqueando la vía férrea para impedir la circulación de los trenes.
«Estamos exigiendo la venta de entradas en las oficinas del Ministerio de Cultura de Machu Picchu y el 50 por ciento del total en forma presencial (…) para reactivar nuestra economía», dijeron los comerciantes en un comunicado.
Esta es la segunda protesta en poco más de dos semanas por la falta de entradas para acceder a la ciudadela de piedra, la atracción más visitada de Perú.
El 27 de julio, los billetes disponibles se agotaron por exceso de reservas.
Ante las protestas de este viernes, el Ministerio de Cultura ha indicado que ha ordenado que se continúe con la venta de entradas de forma presencial, respetando el límite establecido para proteger el patrimonio arqueológico.
Esto se debe a que en las últimas dos semanas, «el promedio de asistencia a la Llacta (ciudadela) de Machu Picchu se ha mantenido por debajo de su capacidad», dijo el ministerio en un comunicado.
La ciudad está situada al pie de la montaña de 2.430 metros de altura, que alberga la famosa ciudadela de piedra construida en el siglo XV por el emperador inca Pachacutec.
La UNESCO designó la Ciudadela de Machu Picchu como Patrimonio de la Humanidad en 1983. Desde entonces, la organización ha exigido a Perú que cumpla una serie de normas para preservar el lugar.